BETTY, BETTY, YA NO TE SOFOQUES,
BETTY, BETTY, NO SUEÑES MÁS,
LIBERALIZA TUS PENSAMIENTOS,
PERO NO SUEÑES MÁS.
En el medio de un mandado,
en bancos o en supermercados,
en farmacias o en panaderías,
Betty sus engaños vivía.
Tan separada estaba del mundo,
con códigos propios que nadie entendía,
su interior era rico y no compartido,
el sexo para ella era un fin sin sentido.
Caminaba por sendas distintas,
sentía calores que no explicaría,
se excitaba sola y en cualquier parte,
algún mecanismo distinto ella tenía.
Cerraba sus ojos, cerraba la puerta,
y el mundo de fuera ya no existía,
su experiencia-sexo ella bebía,
sola comenzaba, sola terminaría.
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