Esperaste
la noche, como siempre,
y
deseaste que estuviera clara,
para
levantar la vista y buscar,
esa
estrella especial, especial.
Cuando
la encontraste pareció,
que
te hacía un guiño,
era
ella sin duda,
la
estrella especial, especial.
Porque
antes de irse, te dijo,
“Búscame
allá arriba,
yo
seré esa estrella,
tu
estrella especial”.
Porque
se había ganado,
ese fulgor de ángel,
esas
alas de nubes.
Ese
lecho de cielo,
tan
lleno de recuerdos,
tan
pintado de noche.
Porque
se merecía,
descansar de una vida,
que
no siempre entendía.
Buenas
noches, mi estrella,
mi
querida estrella,
mi
estrella especial.
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