jueves, 5 de abril de 2012

Y TODAVÍA ME ACUERDO

ESTRIBILLO
Y TODAVÍA ME ACUERDO
DEL BAILONGO AQUEL
¡COMO TE MOVÍAS, MI CHINA!
¡QUÉ LINDA MUJER!

El pueblo estaba de fiesta
carrera, timba y también,
una orquesta buenaza,
para terminarla bien.

Cumbia todita la noche,
tango y milonga también,
algún vals entreverao
y la lenta pa´después.

Le pregunté su nombre
y me dijo “Yo que sé”
que ya no se acordaba,
¡Que memoria más infiel!

Y aunque parezca extraño,
muy prontito me olvidé,
la confianza es lo primero,
si no dice, está bien.

Cuando terminó el cachengue
le dije “Me voy con vós,
aunque vivas muy lejos,
y en vez de un perro sean dos”

Me llevó por lugares,
desconocidos por mí,
alejados del poblao,
¡Pucha! ¿Dónde me metí?

“Vivís bastante lejos”
y me tembló la voz,
es por aquellos pinos,
no seas maricón.

La seguí endulzado,
buscando premio mayor,
un poquitito asustado,
pero no menos varón.

Abrimos una puerta
y a un patio fuímos a dar,
¡Pero que cosa más triste,
solo cruces fui a encontrar!


Le pregunté extrañado
¿Y vós, vivís acá?
Todo esto es mi casa,
y aquí te vás a quedar.

Todo era tan oscuro,
tan muerto quizás,
¡Che, pero si parece
un cementerio nomás!

Se prendió la lucecita
y entonces comprendí…
¡Pucha, que china fayuta!
¿Con cuántos andará aquí?

Puse pies en polvorosa,
pues me molesta sin par,
la mujer que no respeta
ni un sagrado lugar.


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