miércoles, 1 de diciembre de 2010

EN UN PAÍS SIN MAGIA


Corta es la historia que quiero contar,
en un tiempo pasado o que nunca llegó…
un mago un día se cansó de esperar,
la lluvia de estrellas, la frescura del mar,
aburrido por siempre de la falsedad,
de amuletos y fórmulas para hacerse querer…
“No seré sabio sin comprender,
lo que es el amor, lo que es el querer”
Cruzó la montaña, el río y el sol,
y a su magia llorando la dejó atrás…
“Si no encuentro lo que busco no volveré”.
Si no encuentra lo que busca no volverá…

Luego de dura marcha dio con un lugar,
allí consiguió reposo y pan…
y por pequeños servicios quedó allí a morar.
Fue en esa comarca que conoció,
a la joven más bella que pudiera engendrar,
mujer alguna o ser celestial.
Que no le hablen entonces de estrellas lejanas,
ni de reinos ni de magias, enamorado estaba,
prendado por siempre de largos cabellos,
ahogado en las penumbras por besos de fuego.

Pero un dia el mago del rey,
se enteró del existir de la bella mujer,
y por artificios y trampas convenció,
el sería el nuevo dueño de su corazón.
Y nuestro mago desesperó,
pero nada ni nadie ayudarlo logró,
y así quedó herido, sin saber qué hacer,
su corazón partido, temblando su razón.
“Al abandonar mis artes, jamás imaginé,
que lo que un día odiara, lograría impedir,
caer en mayor desgracia, alejarla de mí,
la mujer que yo amé, la que perdí”.

Y volvió sobre sus pasos para encontrar
que tenía ante sí una eternidad,
para seguir penando, para recordar,
que el amor se había ido para no regresar.
Y la sabiduría fue que lo iluminó,
en los oscuros caminos que transitó
pues nadie más sabio que el que sabe evitar
el odio, la pasión, la envidia y el amor…

Y tanto penar por un solo amor,
No entiendo porqué fue que se olvidó,
de que en un país sin magia, ser mago es ser rey…   

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