Ella estaba cansada
de días perdidos
de noches sin sueños
de vivir sin amor.
El estaba aburrido,
seco, exprimido,
por un matrimonio
en el que no había pasión.
Ella estaba aguardando
sola, esperando,
la chispa que encendiera
el fuego de su amor.
El estaba buscando,
una aventura
la cosecha prohibida
de dulce corazón.
Y ESE NIÑO FUE
UNA BENDICIÓN
A SU CORAZÓN ROTO
SU AMOR DE HIJO
PRONTO LO CURÓ.
Todo fue clandestino
rosado, divino
estaban consumidos
por esa ilusión.
Y así hubieran seguido
si no hubiera ocurrido
que uno pedía y daba
y el otro no era igual.
Cuando ella le dijo
que esperaba su hijo
él dio la vuelta la cara
ella se puso a llorar.
Descubrió la mentira
pero no arrepentida
juró nunca más verlo
y la promesa cumplió.
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